SELECCIÓN DE ESPECIES ANIMALES QUE SERÁN CONSIDERADAS TITULARES DE DERECHOS

Resumen

Superar el paradigma especista antropocéntrico en una perspectiva de Derecho Animal, donde los animales no humanos son sujetos de derechos subjetivos y en consecuencia partícipes de una comunidad moral pluriespecífica, aunque sea en calidad de pacientes morales y de ser sintientes o como para algunos autores - conciencia animal, el criterio que valora la capacidad de un animal para entrar en la categoría de sujetos de derechos, con sus intereses reconocidos como merecedores de respeto y consideración jurídica y moral, llegamos al enorme desafío de cómo el mundo ético y jurídico puede contemplar cientos de miles de millones de individuos tan diferentes en sus especificidades y cómo trazar la línea de inclusión y corte de qué especies pueden ser titulares de derechos? ¿Estos derechos incluyen a los insectos? Desafortunadamente, todavía tenemos poca información sobre la amplitud del repertorio de comportamiento potencial de muchas especies y una base científica sólida para comparar especies y, por lo tanto, tomar una decisión informada sobre a qué especies se les deben otorgar derechos. La cuestión relativa a la demarcación de la línea divisoria entre los seres vivos que tienen derechos y los que no los tienen aún debe ser discutida extensamente con bases científicas y éticas rigurosas, a fin de incluir a las especies dentro de una comunidad moral y la graduación de “derechos” de cada especie según el grado de sensibilidad. El Derecho Animal es una ciencia en construcción y depende del aporte de conocimientos de diversas ramas de la ciencia para su consolidación. Pero la indeterminación de cuáles son las especies sintientes no impide la aplicación inmediata del derecho constitucional de prohibir la crueldad frente al sufrimiento animal. O defendemos a los animales, aplicando de hecho y de derecho el principio moral de la igualdad de intereses, o no tenemos justificación moral para defender los derechos humanos. La inteligencia, la autonomía o la racionalidad son criterios que excluyen no sólo a los animales sino también a una parte de los seres humanos. Moral y biológicamente, los derechos humanos y los de los animales no humanos provienen de la misma fuente.